Radio Comunidad Claromecó

34 AÑOS

34 AÑOS

Cumpleaños de la Patria, y de la RCC.

A Crisanto Manuel Martínez casi nadie lo llamó nunca por su nombre. Para su familia, amigos, conocidos, para todo el mundo, siempre fue Tito. De joven ingresó en Prefectura siguiendo los pasos de su padre. Se especializó en comunicaciones, su gran pasión. Más adelante, buscando el porvenir de su ya formada familia, pidió la baja de la institución y se dedicó al comercio.


Antes de instalar su empresa de comunicaciones, fue viajante del rubro fotografía. Eso le permitió recorrer buena parte del país, con su otra actividad recorrería el resto. En su rutina de viajes estaba Tres Arroyos.

Kilómetro 0


En dicha ciudad, había un comercio del rubro que recién se iniciaba. Siendo como era, Martínez no dudó en bajarle toda la mercadería al hombre, le instaló el negocio completo, y le dijo: “cuando puedas, me vas pagando”. El mismo se hizo cargo de la deuda ante la empresa, confiando en que el nuevo comerciante la saldaría con el tiempo. Pero pasaban los meses, y el hombre no llegaba a pagar lo adeudado. Tito le decía que no había problema, que era cuestión de tiempo. Hasta que en uno de los viajes, el dueño del comercio le dijo que no, que ya no podía seguir sosteniendo esa deuda, que no llegaba a pagarle, y se le caía la cara de vergüenza cada vez que lo veía llegar. Entonces le propuso algo que cambiaría la historia. Le dijo: “mirá Tito, yo no llego a pagarte todo lo que te debo, por favor, aceptá un terreno en Claromecó que tengo”.


Sin conocer la localidad, Martínez llegó a Claromecó a ver su flamante terreno. Calle 42, estaba en la zona de médanos. Internamente pensó: “bueno, esto lo van a disfrutar mis nietos”. Pero en poco tiempo comenzó a construir una casita, modesta, pequeña, como las casas de veraneo de la época, sin ningún lujo. Y los veranos de la familia Martínez comenzaron a ser sinónimo de Claromecó. Esa libertad, para gente proveniente de Castelar, era acaso insólita. “Era el cable a tierra”, solía comentar Martínez, contando la historia de tantas y tantas familias que sintieron exactamente lo mismo. Como casi todo el mundo que conoce Claromecó, el flechazo fue instantáneo, ya no hubo ningún otro lugar para pasar las vacaciones.

Una familia


Los chicos fueron creciendo, Pablo, Gabriel, más tarde llegarían las mellizas Jaqueline y Anahí, siempre bajo el cuidado del pilar de la familia, María Esther Tierno, a la que tampoco nadie llamó casi nunca con ese nombre. Simplemente fue Mary. El dato familiar con nombre y apellido es fundamental, porque esta historia es claramente la de una familia.
Uno de los hijos de Tito y Mary tuvo que hacer una tesis en la carrera, y decidió armar un transmisor de frecuencia modulada. Demás está decir que se dedicaron a las comunicaciones. La FM era toda una novedad para la época, corría el final de la década del 80. Sin dudarlo, surgió el nombre Claromecó a la hora de probar si el transmisor funcionaba. Y llegaron, sobre finales de 1988, y pusieron en marcha el aparato, que funcionó, y muy bien.


Se revolucionó todo en Claromecó. Una radio FM transmitía desde la localidad, algo impensado, una verdadera locura. Los chicos insistieron para dejarla, que no sea tan sólo una anécdota. Tito contestó que bueno, pero que primero había que averiguar el marco legal, siendo él un proveedor e instalador de equipos radioeléctricos, no iba a transgredir la ley. Con el permiso provisorio, comenzó entonces sus emisiones de prueba en enero de 1989, Radio Comunidad Claromecó. Ubicada en la frecuencia de 97.9 megahertz. Y el 25 de mayo del mismo año, comenzaron las transmisiones regulares, es decir, nació la radio propiamente dicha.

La Voz


Un nombre nada marketinero, casi nada comercial. Pero que desde un primer momento resume a la perfección el espíritu y el objetivo: darle voz a la comunidad de Claromecó. Así nació, y así sigue la RCC, intentando siempre ser la voz de la localidad. Tranquilamente Martínez podría haber traído gente de Buenos Aires para iniciar la radio, pero no lo hizo. Prefirió apostar por la gente local, sin experiencia, pero con muchas ganas, con mucha pasión. Locutores y operadores que se fueron haciendo con el tiempo, a fuerza de ensayo y error, siempre con el objetivo muy claro.
Y desde un primer momento, con un equipamiento de primer nivel. Sorprendente. “Parece una radio de Buenos Aires”, era el gran comentario. Un sonido pulcro, en estéreo, sin escatimar nada desde lo técnico. Esa primera experiencia iniciática duró un par de años, y llegó el momento del traslado hacia un lugar más adecuado. Martínez adquirió la casa de calle 40 entre 21 y 23, y montó allí Radio Comunidad Claromecó. Con un transmisor ya profesional, que permitía llegar a toda la región, con una antena más alta que el Faro, sin mezquinar nada, y sobre todo, con muy pocas posibilidades de recupero económico en una plaza publicitaria tan pequeña como Claromecó. Fue una verdadera apuesta, una quijotada, una patriada.


El hecho de estar bajo el mando de un experto en comunicaciones, hizo que la radio se destaque, no sólo por la calidad técnica, sino por sus coberturas. Las transmisiones de exteriores siempre caracterizaron a la radio. Montar un estudio en prácticamente cualquier lugar, y emitir desde allí. Y dotar de un sistema que permite hacer una transmisión coral, entre 10 o más personas, el ejemplo más claro es la cobertura de Las 24 Horas de la Corvina Negra. Con bases en la zona, Bellocq, Orense, Reta, Copetonas, hasta Lin Calel tuvo corresponsalía en la RCC. Con un mismo objetivo, pasar información local.

Todo es noticia


Esa es justamente la relevancia que tiene la emisora, y el objetivo que nunca dejó de cumplirse. Todo es noticia, desde el cumpleaños de un vecino hasta el extravío de una billetera o de un perro. Lo que en una ciudad grande podría considerarse trivial, en Claromecó es título, es importante.


Siempre se apostó por una programación multitarget, para todas las edades. Para toda la familia. He ahí el gran secreto: Radio Comunidad Claromecó está hecha a imagen y semejanza de la localidad. Por eso la identificación de la gente, por eso para muchos la 97.9 es sinónimo de vacaciones en la playa. No es mejor, tampoco peor que otras, simplemente es distinta.


Programación integral, para toda la familia. Por eso el concepto es “un mismo programa con distintos conductores”. Esté quien esté al aire, es la RCC, no hay dudas.

Nueva administración


2020, el año del Centenario de Claromecó, no ha sido uno más para la radio. No fue un año más para nadie en realidad. La pandemia de COVID-19 reconfiguró el mundo, literalmente. Cambió la vida de toda la población. Y en ese difícil contexto, el 4 de junio se firmó el acuerdo de cesión de la emisora a sus más antiguos empleados. De esta manera, Andrea Carrera, Esteban Mango y Claudio Menéndez pasaron a ser los nuevos titulares de la RCC. Los herederos de Tito y Mary decidieron que la continuidad de la empresa sería de este modo, y en compensación por los años trabajados, cedieron los derechos comerciales, la licencia y el equipamiento de la 97.9. Nació de esta forma RCC 97.9 SRL, que no fue otra cosa que la continuidad de una historia.


Con novedades, como el traslado a 28 entre 7 y 9, estudio que se inauguró el 31 de enero de 2021, y que empezó a funcionar 15 días antes. Pero con el espíritu de siempre. Con el objetivo intacto. Ser la voz de Claromecó, a imagen y semejanza de la localidad.


Hoy, 34 años después, seguimos siendo la RCC, la magia de estar siempre junto a vos.

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